La serie ‘Sin retorno: alea jacta est’ es una instalación in situ realizada por Federico Jordán (1969) y Juan Blanco (1964), en la memoria de María Contreras Lugo (1926-2001), madre de Blanco.
Representa la barca
que Caronte, el barquero de Hades, utiliza para el traslado entre la tierra y el mundo de
los muertos. El título proviene de las palabras que Julio César mencionó al cruzar el río
Rubicón: «la suerte está echada».
La pieza se localiza en el árido cauce que
atraviesa el campus de la Universidad Autónoma de Coahuila, por debajo del edificio de la
Escuela de Artes Plásticas Rubén Herrera, diseñado por el despacho del arquitecto Teodoro González de León.
El arroyo representa los ríos que conducen la embarcación al inframundo:
Aqueronte, Cocito, Estigia, Flegetonte y Lete.
La barca sobre el afluente, es apreciada desde una vista superior, a través de los grandes
orificios que la edificación tiene sobre el cauce. Este espacio arquitectónico es una metáfora
a los círculos que Dante Alighieri describe en su ‘Divina Comedia’.
La pieza no cuestiona una teología sobre la muerte, ni la reversibilidad del viaje. Es una
reinterpretación de un periplo sin retorno al Hades, donde Cerbero impide el acceso a los
vivos y la salida de los muertos.
Al centro de la nave hay un mástil de 630 centímetros de altura. Este es un poste de madera
coronado por los vestigios de un quiote que sobresale a la superficie del primer piso de la
escuela.
Esta flor del maguey simboliza el transcurrir entre la vida y muerte.
La cubierta del barco contiene una estructura constructivista de madera, piedras y velas como una representación del Eiresione, una conexión de objetos terrenales con
el mundo de los muertos.